Desde Roses hasta la playa de la Almadraba, se puede pasar rápido y no hace falta detenerse en casi ninguna parte de este recorrido, ya que la construcción de todo tipo de alojamientos desmerece las que debían haber sido una calas de gran belleza. Los edificios mal alineados suben por las colinas llegando a sus puntos más altos, cubriendo todas sus laderas, y se mezclan con los pocos pinos que de momento aún resisten. Por otro lado cabe destacar que hemos seguido esta parte del litoral por el camino de ronda y debemos advertir que hay numerosos tramos con escalones en los que hay que cargar con la bicicleta a cuestas y por lo tanto es mejor pasar por la carretera.
Ahora bien una vez pasada la playa de la Almadraba, termina la civilización y empieza uno de los recorridos más bonitos, agrestes y vírgenes de la Costa Brava, que te llevan hasta Cadaqués.
Salida de Roses siguiendo el mar en todo momento hasta llegar al final de la zona urbanizada, para luego siguiendo por un camino sin asfaltar llegar a la entrada vallada de una zona que había estado ocupada por una cantera de mármol y que está en completa ruina. Pasada esta zona se llega a la carreta asfaltada a cala Monjoi y a esta cala.
Luego se pasa cerca de las calas del Moro, Calitjás y Pelosa, antes de dirigirte a la entrada a la zona del Cap Norfeu,que se deja a la derecha, para luego adentrarte en la zona montañosa siguiendo pistas de tierra y que te llevan a la parte más alta desde donde aparece de repente Cadaqués. Hay dos pistas forestales y las dos convergen en el mismo punto. Nosotros hemos elegido el más largo, pero creo que debe ser mejor el que pasa por cala Joncols.
Una vez arriba hay un descenso de más de 5 kilómetros que te lleva a la entrada sur del pueblo de Cadaqués, punto final de esta ruta.